
A lo largo de la vida nos enfrentamos a diferentes situaciones problemáticas que nos pueden «amargar la vida» en mayor o menor medida. Algunas conseguimos resolverlas, otras las olvidamos sin más, pero hay otras… a las que parece que nunca nos acabamos de enfrentar. O bien porque nos duele pensar en ello, porque no nos sentimos capacitados para hacerles frente, porque son demasiado complejas y no sabemos por dónde empezar, etc. Puede haber mil motivos…, pero lo que realmente es molesto, es el bloqueo que nos supone pensar y pensar en el asunto, sin hacer nada para remediarlo. Si es que está en nuestra mano solucionarlo, claro.
Cada vez que nos invaden los pensamientos relacionados con el tema, o bien solemos optar por seguir con nuestra vida como si no estuvieran en nuestra cabeza, o bien intentamos reprimirlos pensando en otra cosa. Lo claro es que, al final, todo se reduce a una evitación.
¿Por qué nos incomodan tanto este tipo de ideas?
La respuesta está en que suelen ser pensamientos que no están dirigidos a analizar posibles opciones de solución, y/o a ayudar a asimilar el problema. Si no más bien, son ideas relacionadas con una mala imagen de la situación, una mala imagen de nosotros mismos frente al problema, de nuestro entorno ¡o de todo en conjunto!
Este tipo de pensamientos se llaman rumiaciones. Parece ser, que estas ingratas compañeras, al igual que una cinta de correr de gimnasio, nos cansan, y no nos llevan a ningún lado.
¿Cómo superarlas? ¿Qué hacer para que se vayan si no se me ocurre otra forma de pensar relacionada con esa situación en concreto?
Y yo me pregunto… ¿No crees que si cada dos por tres hacen acto de presencia será por algo? ¿No querrán alertarnos de que el problema es tan importante que no se merece que “pasemos” de él? Aunque aún no sepas cómo resolverlo, ¿Y si pruebas a hacer un ejercicio diario en el que te centres conscientemente en buscar de forma voluntaria el pensar sobre este tema? ¿En traer a propósito estos pensamientos desagradables a tu mente? Puede que el dejar de evitarlos y “reunirnos con ellos” nos acerque más a la solución o, por lo menos, a la tranquilidad de asumir el problema… párate a pensarlo.