¿Y tú qué le pides al nuevo año? Claves para marcarse objetivos

En esta época del año, es costumbre en muchos el plantearnos nuevos y buenos propósitos encaminados a mejorar nuestro día a día: adelgazar, ser más organizado, dejar de fumar, practicar más ejercicio, etc.

Hasta ahí bien, pero seamos sinceros, muchas veces se convierte en misión imposible conseguirlos. Y, sabiendo qué debemos hacer y qué no para lograrlos, nos preguntamos una y otra vez: ¿Cómo puede ser tan complicado alcanzarlos?

Muchas veces, gran parte de la causa es la forma en la que los formulamos. Tal y como afirman los teóricos de la Programación Neurolingüística (PNL): un problema es simplemente un objetivo mal planteado.

En relación a esta idea, aquí os dejo algunos «trucos» para facilitar el camino a nuestras ansiadas metas:

FORMULAR EN POSITIVO

Si al expresar un objetivo incluimos dentro de él el propio problema, es difícil que nuestro cerebro pueda perder de vista aquello de lo que nos queremos alejar. Un ejemplo puede ser el “quiero dejar de fumar” ¿Por qué mencionarlo si es algo de lo que te quieres librar? Una buena estrategia en este caso sería preguntarse POR QUÉ queremos dejar de fumar. Ante una respuesta de tipo: “llevar una vida más sana”, se nos abre un abanico de opciones para conseguirlo. A partir de este momento deberíamos especificar qué implica para nosotros una vida más sana, como ya explico en el siguiente punto.

Algo tan amplio como “quiero ser feliz” es difícil de “medir” y, por tanto, es complicado saber cuándo lo hemos logrado. Ante objetivos tan genéricos nos deberíamos plantear preguntas del tipo: “¿cómo sabré que soy feliz?, ¿cómo será mi vida si lo logro?, ¿cómo será mi día a día: qué haré, qué sentiré, quien estará a mi lado…?” las respuestas a estas preguntas nos darán pistas del objetivo alcanzable, de lo que queremos conseguir específicamente.

QUE DEPENDA DE TI

Por mucho que conozcamos a una persona y creamos que podemos predecir su comportamiento, la gente no siempre actúa como a nosotros nos gustaría o bien como esperamos. Hacer que un objetivo propio dependa en mayor o menor medida de las acciones de otras personas reduce la probabilidad de éxito. Debemos plantear los diferentes pasos en base a lo que está en nuestra mano hacer para lograrlos. Con un ejemplo del tipo: “me gustaría salir este fin de semana” tienes la opción de esperar a que alguien de el primer paso y te llame para quedar o bien pensar en qué puedes hacer tú para conseguir ver a algún o a algunos de tus amigos y conseguir tu propósito.

ALCANZABLE EN UN TIEMPO BREVE  O RELATIVAMENTE BREVE

Cuando nos planteamos un objetivo grande, es decir, bastante alejado de nuestro estado actual, no es raro que nos desmotivemos ante la idea de lo que nos queda para conseguirlo. Un buen ejercicio consiste en dividirlo en pequeños pasos que, a medida que vayas cumpliendo, te permitan comprobar si vas en la buena dirección. Algo como: “quiero montar mi propio negocio” se puede fraccionar en micro-objetivos que expliquen paso a paso qué debes hacer para ir acercándote, sin prisa pero sin pausa, al objetivo final.  No deben de ser tan sencillos como para que no te supongan un reto ni tampoco tan elaborados como para que te desmotiven. Esto es algo que irás viendo a medida que vayas haciendo y, por suerte, siempre estarás a tiempo de reformular “el camino” al objetivo final.

Dicho lo cual, seáis o no de aquellos que piensan en propósitos para año nuevo, seguramente a día de hoy tengáis más de un objetivo en mente al que aplicar estas estrategias. No hay excusa ¡Ánimo y a intentar hacer de lo “imposible” algo alcanzable!

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s